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jueves, 15 de julio de 2010

Iván Apaza Calle

                                                          ¿Fue Pedro Domingo Murillo uno de los verdugos que conducía un caballo descuartizador?

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Pedro Domingo Murillo, nacido en 1756, dueño de las minas de Chikani, azoguero, abogado papelista y propietario de una pequeña biblioteca de 8.000 volúmenes fue, en resumidas cuentas, “…miembro de una familia criollo española. Gozó de una situación económica holgada, pues fue propietario hacendado…”1. En 1781, cuando Tupak Katari efectuó el cerco de la ciudad criolla española de La Paz, Murillo ya tenía 25 años y era uno de los muchos criollos que constantemente sirvieron a la corona de España. Sin embargo, después de haber estado bajo el mando de la “madre patria” conspira contra ella en 1809, con su proclama de la Junta Tuitiva.

Esta proclama, a pesar de haber estado “…encerrada en una bóveda bancaria y petrificada en medio de la plaza principal de la ciudad sede de gobierno, es un mito porque nunca hubo una proclama escrita, firmada y difundida por la Junta Tuitiva…; solamente sabremos  algo más sobre ella: que nunca existió”.2 Bonita farsa sobre la que se asienta la fama de Murillo. Empero, aún cuando esa proclama existiera, en la historia del colono era para los criollos, ya que era “un documento para hombres libres”3 y no para el indio, que estaba y está oprimido, sometido por la casta dominante antes y ahora.

LAS DOS DECLARACIONES DE MURILLO

Nos basaremos en los escritos recopilados en cuatro volúmenes por Carlos Ponce Sanjinés y Raúl Alfonso García, bajo el título Documentos para la Historia de la Revolución de 1809. En su volumen II (páginas 388 a 403) aparecen dos declaraciones de Pedro Domingo Murillo, así como siete testificaciones de sus cómplices. Este material será importante para nuestro trabajo, pues clarifica las actividades de carácter militar de Murillo durante la Rebelión Tupakatarista de 1781.
Las dos declaraciones de Murillo son muy similares. La primera se da antes que declararan sus certificantes y la segunda después que se expresaron estos. Para bien entenderlas, las relataremos según su orden.

Pedro Domingo Murillo, bajo juramento de HISPANIARUM REX CAROLUX IV D.G., expresa: “de ser constante los servicios que tengo hechos en defensa de la Corona y la patria desempeñando los cargos de Oficial en que se me empleó (…) en la rebelión pasada hallándome en Yungas casado y con hijos serví con actividad y vigilancia a mi Rey y Sor. en calidad de Teniente Capitán de la primera compañía de fusileros (…) mi capitán que fue Dn. José Ramón de Loayza”4 Como se puede constatar, Murillo fue Teniente Capitán de fusileros y con ese cargo reprimió a nuestros valerosos abuelos Tupakatarista. Sería absurdo pensar y una falacia afirmar que Murillo no disparó ni un tiro contra los indios que se encontraban en los Yungas, pues él mismo indica que cuando conducía a Cochabamba a familias españolas que se morían de hambre por el cerco de Tupak Katari a La Paz, “cuando se retiró para el Valle de Cochabamba todo el Gentío de Yungas fui colocado con mi gente abatir los enemigos y abrir el paso con todo esmero prop.o (propio) aun oficial, y en los ataques que se ofrecieron con los enemigos acredité los deberes de mi cargo…”5.

Luego de la retirada por el territorio que controlaban los tupakataristas, caminando veinte leguas, Murillo llega finalmente al valle cochabambino, donde “en dicho Valle no me dediqué al ocio como muchos lo hicieron sino que continué con mi servicio y en la seg.da (segunda) expedición que se hizo a discitiar (desitiar) esta ciudad p.r (por) el Sor (señor) Comandante d.n (don) José de Reseguín … vine de Ayudante mayor (mayor)… a librar esta Ciudad del sitio en que se hallaba esmerándome con la actividad acostumbrada siguiendo con el empleo hasta que no … el retiro…”6. Como el ejército de Reseguín no llegaba, los Tupakataristas estaban a un escaso paso de la victoria, pues dentro de la ciudad sitiada los españoles se morían de hambre. Por esta razón Sebastián Segurola escribe en su diario: “hubo concejo de guerra y que se decidió que si los auxilios no llegaban el jueves o viernes, se haría una salida general, abandonándose la ciudad a causa de hambre, lo que produjo gran consternación, lágrimas y rogativas”.7

Sin embargo, el 17 de octubre de 1781, Reseguín con 10.000 hombres acampa en El Alto donde rompe el cerco tupakatarista. En estos hechos contribuyó Pedro Domingo Murillo, el “protomártir” de la Bolivia colonial. Tras romper el cerco, el ejército auxiliar parte en captura de los principales mallkus tupakataristas, para luego torturarlos y ajusticiarlos. En esta sucia labor Murillo tuvo participación plena y directa, pues él confiesa: “vine desempeñando a satisfac.on (satisfacción) de ser uno de los comisionados para el Prendimiento de los Quispes y demás Coroneles, estar al reparo de las guardias en la prisión de Catari, y otras que se fiaron a mi ciudad conociendo mi amor al servicio, y al esmero y anhelo con que propendí a llenar mis obligaciones”.8 Pedro Domingo Murillo, el héroe de los criollos, fue sin duda feroz anti indio que estuvo al servicio de la Corona española para mantener la situación colonial. Sus acciones lo demuestran, Murillo no quería nuestra liberación, por ello ayudó a las huestes españolas a aplastar la emancipación india, siendo uno de los más preclaros enemigos de nuestros abuelos y abuelas de línea Tupakatarista.

Diego Quispe, Pascal Quispe, Andrés Quispe y otros Coroneles Tupakataristas “han caído a manos de Murillo y éste ha tenido la satisfacción de ahorcarlos y descuartizarlos por su ideología y por buscar la reivindicación y liberación comunitaria aymara”.9 Murillo confiesa, por otro lado, haber sido carcelero de nuestro Mallku Tupak Katari. En esa condición Tupak Katari es torturado inicuamente por sus carceleros. Estos elementos conducen seguramente al historiados Inka Waskar Chukiwanka a afirmar que Murillo “fue uno de los autores del descuartizamiento de Tupaj Katari, montado a uno de los caballos”.10 Esta afirmación es plausible, aunque por el momento se carezca de sustento documental para corroborarla.

Murillo, después del descuartizamiento de Tupak Katari, no tardó en juntarse con Sebastián Segurola para continuar la guerra contra los tupakataristas que seguían luchando. Murillo confiesa: “no perdí la oportunidad de seguir al soberano pues encontrando la disposición de Sor Comand.te (Comandante) d.n Sebastián Segurola que pasava (pasaba) Personalmente con Tropas a la Doct.na (Doctrina, región) Palca a castigar (a) los rebeldes, seguí voluntariamente juntando doscientos hombres… que servían bajo mi mando”11. Esta confesión indica que Murillo estuvo también bajo el mando de Segurola y que, como él, vomitaba odio contra el colonizado. Segurola fue quien, como escarmiento a los indios que participaron del cerco a La Paz, dio muerte a 60 indios en el lugar de San Pedro.

LOS CÓMPLICES QUE CERTIFICAN A MURILLO

José Ramón de Loayza, Franco Antonio Guerrero y Oliden, Fernando de Yrrazabal, Faustino Gomes, Juan Basilio Catacora Heredia, Patricio Bohorques y Protacio de Armentia, fueron los cómplices de Murillo que certificaron sus declaraciones.

Las testificaciones de J. R. Loayza sobre las acciones de Murillo en Yungas son claras: “fue colocado de Teniente de Capitán en la Primera Compañía de fusileros de la que yo fui Capitán”. 12  Cuando las familias españolas escapaban del cerco rumbo a Cochabamba, Franco Antonio Guerrero y Oliden indica que Murillo: “siempre se mantuvo constante en el servicio con su gente sin que se le notase el más leve descuido u omisión”. 13 Fernando de Yrrazabal, ayudante mayor del Regimiento Pacajes, jurando por Dios y con señal de la Cruz, confiesa que Murillo: “bino (vino) destinado de ayudante maior (mayor)… cuio (cuyo) empleo exercio (ejerció) a la satisfacción del Jefe, con toda actividad, vigilancia y esmero”14 en la expedición del Coronel de Dragones José de Reseguín y su ejército durante el cerco de la ciudad de La Paz.

Faustino Gomes, vecino de la ciudad y Juan Basilio Catacora Heredia, abogado en la Real Audiencia de la Plata, prometidos decir la verdad sobre las actividades de Murillo afirmaron que él “acrisoló su conducta fidelidad y amor al servicio del Soberano dho (dicho) D.n Pedro Murillo haciéndose acreedor a que el Señor Comandante lo tratase con toda distinción confiándole las comisiones más graves, como fue las del prendimiento en Campo de las Peñas de los Yndios Caudillos Coroneles… con el onor (honor) digno de su empleo continuando hasta que se ordenó el retiro en campo de las Peñas después de haberse decapitado al Caudillo Julian Tupacatari”.15 Por último, Protacio de Armentia indica: “Don Sebastián Segurola le encargó la retaguardia.. por ser la parte más peligrosa en la invasión que hacían los rebeldes al exercito (ejército)”.16

Las confesiones de Pedro Domingo Murillo y la de sus cómplices que lo acreditan, dan la imagen de un criollo que siempre luchó por su raza en contra del indio, esmerándose en todas las actividades que le encomendaron. Desvelan, además, episodios que la historia oficial quiere ocultar, al presentar una imagen liberadora y heroica de Murillo. Esos afanes de la falsa historia nos obliga a reescribir nuestra propia historia: “si la historia oficial — como señala Bonfil Batalla — la del amo, ha sido útil para justificar la dominación, la otra historia (la del indio) deberá serlo para alcanzar la liberación”17, pues a los intentos del blanco mestizo para tergiversar la verdad, esta saldrá victoriosa por nuestro esfuerzo.

INDIANIZAR, REINDIANIZAR NUESTRO CEREBRO

Indianizar al blanco es reindianizarnos nosotros, es liberar del colonialismo las tradiciones de nuestro diario vivir, liberarlas de colonialismo asesino que trajo España a las tierras del Tawantinsuyu. Franz Fanon, negro nacido en Fort-de-France, psiquiatra que adhirió a la causa de la independencia de Argelia, indica: “La aparición del colono ha significado sincréticamente la muerte de la sociedad autóctona, letargo cultural, petrificación de los individuos. Para el colonizado (el indio), la vida no puede surgir sino del cadáver en descomposición del colono”.18 Esa es la obligación de cualquier nación colonizada. La emancipación india nos hará independientes, nos descolonizará, para retomar lo construido por nuestros abuelos: el TAWANTINSUYU.

El poder colonial domina al indio, viola sus símbolos, impone personalidades. Ejemplo es el 16 de julio, fecha que los colonialistas celebran en La Paz  como aniversario del “grito libertario”, en la que enaltecen la figura de Pedro Domingo Murillo. Esa festividad es un camuflaje del desorden colonial y para nosotros debe ser ocasión para desenmascarar los artificios de la casta colonial para tratar de impedir nuestra liberación nacional.

A quienes tenemos que rememorar nosotros son a Tupak Katari, a Bartolina Sisa, pues ellos son auténticos mártires indios de nuestra sangre. Ellos nos dieron línea de combate justa y limpia, que todos los indios debemos seguir, pues al tomar ese sendero adquirimos conciencia, una “conciencia histórica nos descomplejará primero, luego nos dará un espíritu de independencia y, finalmente nos condicionará la ideología a seguir”.19 La causa de Tupak Katari es nuestra causa; la obra que dejó pendiente es la tarea que nosotros debemos culminar. Es nuestra tarea, la tarea del Nuevo Indio, retomar la lucha de liberación, darle continuidad, pues esta lucha todavía no ha concluido.

NOTAS

  1. PORTUGAL MOLLINEDO, Pedro. Murillo y la represión a Katari, en Periódico Pukara número 9, La Paz.

  2. MENDOZA PIZARRO, Javier. La Mesa Coja, Bolivia, PIEB, 1977. pp. 224, 245.

  3. SALAZAR MOSTAJO, Carlos. La tea inmortal, La Paz – Bolivia, Urquizo, 2003, p. 136.

  4. PONCE SANJINÉS, Carlos; GARCÍA A., Raúl (compiladores) Documentos para la historia de la revolución de 1809, Vol II, Bolivia 1954, pp. 388, 400.

  5. Ibid., p. 400.

  6. Ibid., pp. 389, 400.

  7. DEL VALLE SILES, María Eugenia. Testimonios del cerco de La Paz, El campo contra la ciudad. Bolivia, Khana Cruz, 1980, p. 169.

  8. PONCE SANJINÉS, Carlos; GARCÍA A., Raúl (compiladores) Op. cit. pp. 4004, 401.

  9. QUISPE HUANCA, Felipe. Tupak Katari vive y vuelve… carajo. Qullasuyu. Ofensiva Roja, 1990. p. 277.

  10. CHUKIWANKA, Inka Waskar. Pedro Domingo Murillo: asesino de Tupaj Katari en “La voz del Cóndor”. p. 10.

  11. PONCE SANJINÉS, Carlos; GARCÍA A., Raúl (compiladores) Op. cit. pp. 4004, 401.

  12. Ibid., p. 390.

  13. Ibid., p. 392.

  14. Ibid., p. 394.

  15. Ibid., p. 395, 396, 397.

  16. Ibid., p. 399.

  17. BONFIL BATALLA, Guillermo. Utopía y revolución: el pensamiento contemporáneo de los indios en América Latina. México, Nueva Imagen, 1981, p. 38.

  18. FANON, Franz. Los condenados de la Tierra. México. Fondo Cultura Económica, 1983. p. 43.

  19. CARNERO HOKE, Guillermo. Nueva teoría para la insurgencia. Perú, Amerindia. p. 103.

 

Inka Waskar Chukiwanka,

La Voz del Cóndor, año 2001

 

………………De acuerdo a las declaraciones anteriores podemos sacar conclusiones puntuales respecto al papel desempeñado por Pedro Domingo Murillo durante el levantamiento de Tupak Katari y Bartolina Sisa. Este funesto personaje para los indios del Qullasuyu fue:

 

1. Miembro de una familia criolla española.

2. Enemigo de los Amarus y Kataris entre los años de 1781-1782.

3. Gran propietario hacendado, minero y azoguero.

4. Fiel servidor del Rey, luchó en calidad de vasallo del Rey de España en defensa de la corona real y de su patria española.

5. Teniente, Capitán y Coronel del ejército español.

6. El mejor militar en comisiones peligrosas contra el ejército indio.

7. Principal hombre de confianza del Jefe José de Reseguín, ejecutando su acción anti-india drásticamente contra las fuerzas de Tupak Katari, considerándolos como sus principales enemigos.

8. Asesino y ejecutor de masacres contra miles de indios desde sus 25 años.

9. Masacrador y exterminador de los insurgentes indios yungueños.

10. Represor sin consideración alguna de los indios de Obrajes, Palca y Cochabamba.

11. Apresó a los principales coroneles indios entre ellos a los Quispe y Mullupuraka, y, a la Coronela Gregoria Apaza.

12. Vigiló personalmente a Tupak Katari para que no huyera.

13. Fue uno de los autores del descuartizamiento de Tupak Katari, montado a uno de los caballos.

14. Cuando se trasladó a Cochabamba llevó el pie derecho de Tupak Katari a Chulumani para escarmiento de los indios.

15. Recibió una recompensa económica del Rey por su acción contra Tupak Katari.

Entonces Murillo sirvió al colonialismo español, lucho para mantener el sistema de explotación inhumana de los indios en las minas, obrajes y haciendas y el sistema de la exacción de los exagerados impuestos y servicios forzados, apagó el grito de la independencia de las naciones indias, dejando huellas colonialistas de injusticia hasta nuestros días.

 

Tupak Katari había sido apresado y ejecutado por el único delito de haber peleado para extinguir y dar fin al sistema discriminador y explotador del colonialismo español y reconstruir el Qullasuyu-Tawantinsuyu igualitario, fue él realmente el líder de esa época que luchó y murió por la libertad, justicia y dignidad de las naciones indias.

 Tupak Katari, ante su enemigo guardián, el carcelero Murillo, y ante las autoridades españolas sentenció su resucitar insurreccional con la siguiente frase heroica “Tata Intis laykuw jiwtxa, nayxarusti waranqa waranqanakawa sayt’asinipxani” que significa: “Yo muero por nuestro Padre Sol, después de mi millones se levantarán”. Este dicho famoso se transmitió de generación en generación hasta nuestros días.

 Se dice que Murillo dijo en el cadalso “Yo muero, pero la tea que dejo encendida nadie la apagara, sin embargo no existe ningún documento histórico, que verifique esto, siendo por tanto una invención de los criollos paceñófilos del siglo XIX para hacer frente a sus homólogos de Sucre. Si Murillo realmente dijo esa frase es de seguro que fue a partir de lo que escuchó a Tupak Katari y lo que simplemente hizo fue cambiar algunas palabras y la semántica. Tupak Katari dijo “yo muero”, de la misma manera repite Murillo; luego Tupak Katari dice “por mi Padre Sol muero”, Murillo casi comparativamente dice “la tea que dejo encendida”; por último Tupak Katari dice “después de mi se levantaran millones” y Murillo analógicamente dice “nadie la apagará” Como se ve el Sol se compara con la tea francesa. El Sol fue un símbolo muy importante para Tupak Katari por cuanto él lo llevaba en el pecho, además en un momento llevó el nombre de Nina Katari (serpiente de fuego). La importancia del Sol en los líderes indios fue notoria en varios lugares, por eso Pedro Willka pasa en Azángaro cuando fue descuartizado por ocho caballos dijo “Aprended a morir por nuestro Sol”.

 Los documentos del Archivo de La Paz al cual hemos hecho referencia nos hace conocer con claridad el papel desempeñado por Pedro Domingo Murillo y sus colaboradores que posteriormente fungirán como revolucionarios el 16 de julio de 1809. En realidad esta acción fue un simple alzamiento de emancipación familiar al interior de los mismos colonizadores, es decir a favor de los criollos en contra de los chapetones españoles y no a favor de los indios, ni siquiera de los cholos. Fue en defensa del poder económico de los criollos, de sus grandes haciendas y propiedades inmensas que se rebelaron para obtener el poder político que no lo tenían, que solo era exclusivo de sus consanguíneos padres españoles. Por eso Murillo posteriormente fue llamado: “protomártir criollo” y sus congéneres de raza fundaron la república dando independencia sólo a ellos y no a los indígenas que son colonizados hasta nuestros días.

 Tupak Katari fue el verdadero mártir indio”, había luchado contra los diversos impuestos y abusos Coloniales y derramó su sangre para romper las cadenas que sometían a las naciones indígenas y también lucho por la soberanía e independencia de la República del Qullasuyu y del Tawantinsuyu. En cambio Murillo fue el carcelero y asesino de Tupak Katari, asesino de los indios yungueños y enemigo de los indios en general, sólo había luchado para emanciparse de sus padres chapetones y, obtener el control político de los medios de producción en beneficio de sus nietos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

LAS CONCLUSIONES SACADAS POR EL ACOMPLEJADO ESCRITOR AYMARA "INKA WASKAR" Q SE CREE DE LA NOBLEZA QUECHUA INCAICA PERUANA SON FALSAS Y DEMENCIALES, KATARI FUE APRESADO POR CULPA DE LA TRAICION DE SU COLABORADOR, UN CORONEL DE ACHACACHI TOMAS SISA (ALIAS TOMAS INKA LIPE, HERMANO DE LA BARTOLINA, Y FUE DESCUATIZADO POR LOS TUCUMANOS Q VINIERON CON RESEGUIN DESDE LA ARGENTINA.VER MAS DATOS EN EL LIBRO JULIAN TUPAJ KATARI-CAUDILLO DE LA LIBERACION INDIA, DE ESCRITOR IZQUIERDISTA ALIPIO VALENCIA VEGA

Ruy Ripax dijo...

Inka Waskar Chukiwanka que se cree ser el desendiente de los inkas, poniéndose una pluma de gallina negra, embriaga a los indianistas con su tufo exótico; y a pesar de los plagios que realiza e inventos,caso wiphala, se encuentra en el error de decir que Murillo estaba montado en uno de los caballos descuartizadores de nuestro heroe Tupak Katari; porque este escritor "falso Inka", no muestra documento alguno para corroborar tal afirmación, en este sentido no es mas que uno de esos historiadores de pacotilla o un pelele mas del gobierno q'ara masista.

Anónimo dijo...

puede que sea exageracion pero lo de la independencia y las supuesta libertad para todos es medio coja... pues al final las naciones que se independizaron no representaban al espiritu de un pueblo sino a una minoria que intento crear un nacion que llamaria ficticia.. pues hasta ahora no pudieron homogenizar a los pueblos anteriores a la colonizacion y creacion de los estado ficticios... bueno hay que averiguar mas...